Un regalito para ti, de mí.
Bienvenid@. Welcome. Etc.
Casi no he tenido tiempo de escribir nada, pero te doy el privilegio, querido lector/ra, de que leas un artículo que escribí hace unos años.
Para que no te asustes, decirte que soy Cristiano Evangélico. Este artículo va sobre las últimas horas de Jesucristo en la cruz.
Muchas Gracias por leer este divino blog; espero que te sea de mucha bendición, y que, ¡Dios Te Bendiga!
FORMA DE PAGO: CON SANGRE
¡ESTO ES PARA TI!
Un instante, como en un parpadeo, un terremoto sacudió toda la ciudad. Mira si fue increíble, que en los templos y locales de culto religioso, se hicieron unas brechas enormes en el suelo. Esto fue en tiempos de los romanos, que claro está, no había silla eléctrica, si no lo que hacían era: crucificarlos y darle latigazos; latigazos con púas de acero en la punta que, al tirar le rasgaban toda la piel, o la carne.
Cuenta la historia, que desde el principio de los tiempos, en la fundación del Mundo, estando Adán y Eva en su lujoso jardín-hogar, cometieron un terrible error, “pecaron” y hasta ahora nos pasa factura. Por este fallo, tenía que venir un “superhéroe” (una persona que fuera superior a nosotros), para poder liberarnos. Éste personaje histórico, vino a la Tierra y “pagó el precio de sangre” que requería para que toda la Humanidad pudiera ser librada.
Fue el increíble, divino y con mayor poder en todo el Universo, JESUCRISTO. En Él se veía, con solo mirarlo, amor, mucho amor y también respeto. El no era un hombre de estar siempre en los templos, no. Iba por las calles sanando, dando el mejor informativo celestial de salvación (La Buena Nueva), también enseñaba, etc. Todo esto por amor a ti y a mí, para que al final fuere crucificado con el rostro irreconocible. Y después de tres días, no estaba en una cruz, no. ¡Había resucitado! Asombroso, ¿eh?
En este mundo donde el precio de los productos cambia continuamente, hay un precio que desde hace mogollones de siglos no ha cambiado nunca, y nunca cambiará. Es la bendita “sangre de Cristo”, que hoy te limpia de todo pecado. Apocalipsis 1:5. “…Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre…” (Biblia, Reina Valera de 1960).
Si tú hasta ahora lo has probado todo pero sigues todavía con los mismos problemas y ves que no vas ha poder solucionarlo, prueba a Dios, tiene todo el poder para solucionar tus problemas y también para liberarte de todo pecado (si tú quieres, claro). Si no quedas satisfecho te devolvemos todos tus pecados.
¡¡QUÉ DIOS TE BENDIGA MUCHO!!
Juan Francisco Lloret.
P.D.: Haz algún comentario. Haber que tal te parece, y si te ha ayudado en algo. Gracias
2 comentarios
Amaluiye -
Bueno esta chulo, comenta mi blog, no seas aburrido jeje...
Amaluiye -